Entia non sunt multiplicanda praeter necessitated.
(En igualdad de condiciones la explicación más sencilla es la correcta)
En este siglo XXI, el cual corre desenfrenado y obnubilando la mente; donde tristemente “vibra más un teléfono celular, que el corazón”… Deseo contarles una historia que me paso a Mí:
Soy consciente de las bondades y atributos de las Sillas de Herman Miller y de otros muebles de diseño que encontramos en “Burneo Carrion Diseño”, hablar de esto, sería redundar en algo conocido.
Mi aspiración es: que comprendan que una marca o un producto, son eso…
Algo que se ha idealizado, perfeccionado y creado; y nada más…
Verdaderamente lo que valoriza cualquier producto y su imagen, es las personas atrás de este; las cuales están convencidas de las bondades de sus productos y las defienden y protegen con la entereza y la certidumbre de representar lo mejor.
En Mí caso, mi silla Herman Miller, la cual satisface todas mis aspiraciones ergonómicas como tal. Es más… ¡No tengo la menor intención de cambiarla!.
Como todo elemento accesible a ser usado por personas, con desconocimiento sobre su uso, y que emplean más la fuerza bruta que la cabeza… Mi silla, de escritor, pensante, creativo, alguien la forzó e inutilizó una de sus posiciones.
Aclaro: que soy una persona mayor y que por las tardes me dedico a mis artesanías, y escucho radio, mientras trabajo en mis creaciones, sintonizo 107.7, de la familia Oquendo regularmente. Una tarde –previa a la Pandemia- mientras laboraba en algo, escucho una entrevista de Diego Oquendo, con Patricia Burneo, hablando de sus productos, y lo orgullosa que esta de ellos y sus bondades.
Al final, como siempre, Diego le sugiere a Patricia dar el número de teléfono, a los posibles interesados en los productos de Burneo Carrion Diseño;
¡No lo llegue anotar…!
Pero, siendo admirador de todos los Oquendo; poseo en mi agenda, el número celular de la radio; y les envíen un Whatsapp, solicitando el número de la representante.
Mi sorpresa fue enorme, cuando a los pocos minutos de mi solicitud, recibo una llamada de la misma, Patricia Burneo en persona…
Para resumirles: le expliqué mis problemas con la silla y la desesperación por volver a usarla en la posición deseada; inmediatamente, sin darme tiempo a asimilar la explicación, Patricia me indica que se la envié a su local en la Vía a Samborondon… -resido en la Vía a Samborondon, Guayas- Yo ingenuamente, pienso, ellos deben tener un mecánico que da mantenimiento en ese Local, y coordinamos inmediatamente.
Resumen y final de la historia, mi silla, viajo a Quito, a las centrales de Burneo Carrion y después de algunos días –durante todo este tiempo, Patricia me tuvo informado de los avances y posibles días para su retorno; Anoto, la silla retorno como “nueva”, cuando me percaté de los costos que debieron hacer para reparar mi silla, me sentí avergonzado; y consulté con Patricia por el valor de los mismos.
Y para mi sorpresa y admiración, no me dejaron pagar el coste del transporte y reparación. Suplique me permitiera de alguna forma hacerlo y fue imposible.
Al final, comprendí su acción, ellos Burneo Carrion Diseño, saben, conocen, las bondades de sus productos, no se permitirían jamás una mala imagen de los mismos.
Considero a Burneo Carrion Diseño una Empresa “Amiga”, la cual está dispuesta a asesorarnos y ayudarnos a satisfacer necesidades ergonómicas verazmente con productos de alta categoría.
Ojalá, hubiese más personas, como ellos, tan fieles a sus productos y sus representaciones… Les aseguro, ¡El mundo sería otro!.
Coincido con la empresa «amiga», su calidez en todos los aspectos es inigualable.